MICRO MACHISMOS: LA VIOLENCIA INVISIBLE EN LA
PAREJA
INTRODUCCIÓN
Mujeres maltratadas, varones violentos: dos
dramáticos aspectos de las asimétricas relaciones de género.
Cada vez más, los dispositivos jurídicos
y sanitarios ejercen acciones sobre las personas involucradas, y el campo
de la salud mental no es ajeno a ello.
Sin embargo, la deslegitimación y los abordajes legales
y terapéuticos se han realizado casi exclusivamente sobre las formas
evidentes, máximas y trágicas de dicha violencia y sus efectos. Pero, si
pensamos que la violencia de género es toda acción que coacciona, limita
o restringe la libertad y dignidad de las mujeres, podemos comprobar que
quedan ignoradas múltiples prácticas de violencia y dominación masculina
en lo cotidiano, algunas consideradas normales, algunas invisibilizadas y
otras legitimadas, y que por ello se ejecutan impunemente.
PODER Y GÉNERO
El poder no es una categoría abstracta; el poder es
algo que se ejerce, que se visualiza en las interacciones (donde sus
integrantes lo despliegan).
La palabra "poder" tiene dos acepciones
popularmente utilizadas: una es la capacidad de hacer, el poder personal
de existir, decidir y autoafirmarse.
Es el poder auto afirmativo. Este poder
requiere para su ejercicio una legitimidad social que lo autorice (y esta
legitimidad sólo la han obtenido hasta hace muy poco los varones). La otra
acepción: la capacidad y la posibilidad de control y dominio sobre la vida
o los hechos de los otros, básicamente para lograr obediencia y lo de ella
derivada. Es el poder de dominio. Requiere la tenencia de recursos
(bienes, poderes o afectos) que aquella persona que quiera controlarse no
tenga y valore, y de medios para sancionarla y premiarla.
En este segundo tipo de poder, que es el
de quien ejerce la autoridad, se usa la tenencia de los recursos para
obligar a interacciones no recíprocas, y el control puede ejercerse sobre
cualquier aspecto de la autonomía de la persona a la que se busca
subordinar (pensamiento, sexualidad, economía, capacidad decisoria, etcétera).
La posición de género (femenino o masculino) es uno
de los ejes cruciales por donde discurren estas desigualdades de poder, y
la familia/pareja, uno de los ámbitos en que se manifiesta. Esto es así
porque nuestra cultura patriarcal ha legitimado la creencia de que
el masculino es el único género con derecho al poder auto afirmativo:
ser varón supone tener el derecho a ser individuo pleno con todos sus
derechos (y derecho a ejercerlos). La cultura androcéntrica niega ese
derecho a las mujeres. Así los varones quedan ubicados como superiores, y por
creerse superiores, es que sienten que tienen derecho a tomar decisiones o
a expresar exigencias a las que las mujeres deben sentirse obligadas. Es
decir, ejercer poder de control y dominio sobre ellas quienes quedan en
lugar subordinado. La ecuación "protección a cambio de
obediencia", clave del contrato de pareja tradicional refleja un
importante aspecto de esta situación y demuestra la concepción del dominio
masculino en la pareja. A esto se agrega además la creencia que el espacio
doméstico y de cuidado de las personas es patrimonio femenino,
reservándose el varón el espacio público al cual se define como superior.
Este poder de dominio masculino, arraigado como
idea y como práctica en nuestra cultura se mantiene y se perpetúa, entre
otras razones por:
- La división sexual del trabajo, que aún adjudica a la mujer el
espacio doméstico,
- Su naturalización y su inscripción axiomática en las mentes de
mujeres y varones.
- La falta de recursos de las mujeres y la deslegitimación social de
su derecho a ejercer el poder auto afirmativo.
·
La explotación de las femeninas capacidades de
cuidado y de ayudar a crecer a seres humanos (el llamado "poder del
amor" - Jonnasdotir, 1993) en las que nuestra cultura hace expertas a las
mujeres.
LOS
MICROMACHISMOS
Son
prácticas de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana, del orden
de lo "micro", al decir de Foucault, de lo capilar, lo casi
imperceptible, lo que está en los límites de la evidencia. El prefijo
"micro" del neologismo con el que nombro a estas prácticas alude a
esto.
Los
mM comprenden un amplio abanico de maniobras interpersonales que impregnan los
comportamientos masculinos en lo cotidiano. En la pareja, que será el ámbito
del que me ocuparé, se manifiestan como formas de presión de baja intensidad
más o menos sutil, con las que los varones intentan, en todos o en algunos
ámbitos de la relación (y como en todas las violencias de género):
·
Imponer y mantener el dominio y su supuesta
superioridad sobre la mujer, objeto de la maniobra;
·
Reafirmar o recuperar dicho dominio ante la mujer
que se "rebela" de "su" lugar en el vínculo.
·
Resistirse al aumento de poder personal o
interpersonal de la mujer con la que se vincula, o aprovecharse de dichos
poderes; aprovecharse del "trabajo cuidador" de la mujer.
MICROMACHISMOS COERCITIVOS
En
estos mM, el varón usa la fuerza (moral, psíquica, económica o de la propia
personalidad), para intentar doblegar a la mujer, limitar su libertad y
expoliar el pensamiento, el tiempo o el espacio, y restringir su capacidad de
decisión. La hacen sentir sin la razón de su parte y ejercen
su acción porque provocan un acrecentado sentimiento de derrota cuando
comprueba la pérdida, ineficacia o falta de fuerza y capacidad para defender
las propias decisiones o razones.
Intimidación
Este
es un mM que está en el límite entre la violencia psicológica y los mM
propiamente dichos.
Maniobra
atemorizante que se ejerce cuando el varón ya tiene fama (real o fantaseada) de
abusivo o agresivo.
Control del dinero
Gran
cantidad de maniobras son utilizadas por el varón para monopolizar el uso o las
decisiones sobre el dinero, limitándole su acceso a la mujer. Basado este mM en
la creencia que el dinero es patrimonio masculino, sus modos de presentación
son muy variados: no información sobre usos del dinero común, control de gastos
y exigencia de detalles, retención -lo que obliga a la mujer a pedir.
No participación en lo doméstico
Basada
en la creencia que lo doméstico es femenino y lo público masculino, por este
grupo de maniobra se impone a la mujer hacerse cargo del cuidado de algo común:
el hogar y las personas que en ella habitan.
Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del
tiempo para sí
Este
grupo de mM se apoyan en la idea de que el espacio y el tiempo son posesión
masculina, y que por tanto la mujer tiene poco derecho a ellos.
Sí, en cuanto al espacio en el ámbito hogareño, el
varón invade con su ropa toda la casa, utiliza para su siesta el sillón del
salón impidiendo el uso de ese espacio común, monopoliza el televisor u ocupa
con las piernas todo el espacio inferior de la mesa cuando se sientan alrededor
de ella, entre otras maniobras (Guillaumin, 1992).
Insistencia abusiva
Conocido
popularmente como "ganar por cansancio", este mM consiste en obtener
lo que se quiere por insistencia inagotable , con agotamiento de la mujer que
se cansa de mantener su propia opinión, y al final acepta lo impuesto a cambio
de un poco de paz.
Imposición de intimidad
Este
mM consiste en una acción unidireccional de acercamiento cuando el varón desea,
es una práctica coactiva en cuanto el varón no se molesta en negociar
movimientos hacia la intimidad.
Apelación a la "superioridad"
de la "lógica" varonil
En
este grupo se recurre a la "razón" (varonil) para imponer ideas,
conductas o elecciones desfavorables a la mujer.
Utilizada por varones que suponen que tienen la
'única" razón o que la suya es la mejor. No tienen en cuenta los
sentimientos ni las alternativas y suponen que exponer su argumento les da
derecho a salirse con la suya.
Toma o abandono repentinos del mando de
la situación
Estas
son maniobras o menos sorpresivas de decidir sin consultar, anular o no tener
en cuenta las decisiones de la mujer, basados en la creencia del varón de que
él es el único que tiene poder de decisión.
MICROMACHISMOS
ENCUBIERTOS
En
ellos, el varón oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio y
forzamiento de disponibilidad de la mujer. Utilizan, no la fuerza como los mM coercitivos, sino
el afecto y la inducción de actitudes para disminuir el pensamiento y la acción
eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere y conduciéndola en la
dirección elegida por el varón.
Aprovechan su confiabilidad afectiva y provocan en
ella sentimientos de desvalimiento o impotencia, acompañadas de confusión,
zozobra, culpa, dudas de si, (al no haber coerción evidente) que favorecen el
descenso de la autoestima y el auto credibilidad.
Abuso de la capacidad femenina de cuidado
Esta capacidad
está muy desarrollada en ellas por efectos de su socialización que las impele a
"ser para otros". Alentadas por la cultura patriarcal, estas
maniobras fuerzan disponibilidad incondicional a través de la imposición de
diferentes roles de servicio: madre, esposa, asistenta, secretaria, gestora,
etc. Las obligan a un sobreesfuerzo físico y emocional que les resta autonomía
vital. Con ellas, los varones aprovechan abusivamente los beneficios del
cuidado femenino ya que la imposición de disponibilidad femenina hacia el
varón, acrecienta la calidad de vida de él a expensas de la mujer, sin que éste
habitualmente lo reconozca.
·
Maternalización
de la mujer: La inducción a que la mujer sea como una
madre tradicional: cuidadosa y comprensiva, es una práctica que impregna el
comportamiento masculino.
·
Delegación del trabajo de cuidado de los
vínculos y las personas. Maniobras basadas en la creencia que lo doméstico y el
cultivo de la conexión son patrimonio de la mujer. Se impone aquí de diversos
modos que la mujer crea que es la encargada de cuidar la vitalidad de la
pareja, el desarrollo de la cría y de los vínculos con ellos/as, con la familia
de él e incluso con sus amigos.
·
Requerimientos
abusivos solapados: Son pedidos sin pedir explícitamente,
"mudos", que apelan a activar automáticamente los aspectos
"cuidadores" del rol femenino tradicional y hacer que la mujer cumpla
ese pedido sin percatarse que lo está haciendo por coacción.
·
Creación
de falta de intimidad: Suele decirse que los varones tienen
dificultades para la intimidad. Esto es cierto, pero también es cierto que la
evitación de la intimidad es un recurso de dominación que ellos utilizan
cotidianamente.
·
Silencio. La
renuencia a hablar o hablar de sí es una actitud habitual en los varones desde
tiempo inmemorial y que recientemente se vuelve problemática al ponerse en
entredicho la autoridad masculina y las mujeres exigir conexión.
·
Aislamiento
y puesta de límites. Estas son maniobras de puesta de distancia e
imposición de no acercamiento que suelen utilizarse cuando la mujer quiere
intimidad, respuestas o conexión y no se inhibe con el silencio. Como el
silencio, estos mM imponen las reglas de vinculación. El aislamiento puede ser
físico, encerrándose en algún espacio de la casa o en alguna actividad, o
mental, encerrándose en sus pensamientos.
·
Avaricia de reconocimiento y disponibilidad.
Estas son maniobras múltiples de retaceo de reconocimiento hacia la mujer como
persona y de sus necesidades, valores, aportes y derechos. Se retacea también
el apoyo y el cuidado (además de imponerle el rol de cuidadora).
·
Inclusión invasiva de terceros (amigos,
reuniones y actividades) Con esta maniobra se limita al mínimo o se hace dejar
de existir los espacios de intimidad. A veces está acompañada de la acusación a
la mujer de ser "poco sociable".
Seudointimidad
·
Comunicación defensiva-ofensiva. El objetivo
de la comunicación no es aquí la apertura sino que se habla para imponer y
convencer. Existen defensas y ataques para imponer las propias razones, y no
apertura ni negociación.
·
Engaños y mentiras. Aquí el varón oculta u
omite información para desfigurar la realidad y seguir aprovechando ventajas
que si fuera sincero perdería.
Desautorización
Estas
maniobras están basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la
razón, correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar
superior.
·
Descalificaciones. Suponen
el derecho a valorar negativamente las actitudes de la mujer, denigrándola y no dándole el derecho a ser valorada y apreciada a menos que obedezca las
"razones" del varón y haga lo que según él es "correcto".
·
Negación
de lo positivo. No se reconoce a la mujer sus cualidades ni los
aportes positivos que hace al vínculo y a la vida cotidiana, especialmente el
valor del trabajo doméstico.
·
Colusión
con terceros. Aquí, el varón intenta establecer alianzas con
las personas con los que la mujer tiene vínculos afectivos (parientes,
amistades) a través del relato de historias sesgadas, secreteos, etc.
·
Terrorismo
misógino. Se trata aquí de comentarios descalificadores repentinos y
sorpresivos, tipo 'bomba", realizados generalmente en el ámbito público,
que dejan indefensa a la mujer por su carácter abrupto. Producen confusión,
desorientación y parálisis. Utilizan la ridiculización, la sospecha, la
agresión y la culpabilidad.
·
Autoalabanzas
y auto adjudicaciones. En estas maniobras, se desautoriza a la mujer a
través de la hipervaloración que hace el varón de sus propias cualidades o
aportes, así como auto adjudicándose espacios, objetos o tiempos que se niegan
al mujer.
·
Paternalismo
En
este tipo de maniobra se enmascara la posesividad y a veces el autoritarismo
del varón, haciendo "por" y no "con" la mujer e intentando
aniñarla. Se detecta sobre todo cuando ella se opone al aniñamiento, y él no
puede tolerar que ella sea autónoma y no controlarla.
·
Manipulación
emocional
Tenemos
aquí a un grupo de mM donde el varón utiliza el afecto no para el intercambio emocional
sino como instrumento para lograr el control de la relación. Se emiten mensajes
que se aprovechan de la confianza y la afectividad de la mujer para promover en
ella dudas sobre sí misma y sentimientos negativos, generando inseguridad y
dependencia.
·
Culpabilización-Inocentización. Este mM
presenta dos caras. Por una, se hace sentir a la mujer en falta de los modos
más variados, generalmente apelando a su "no saber hacer", o a no
desempeñar "correctamente" su rol de esposa o madre. Basada en que la
creencia que lo que la mujer "debe hacer" está definido por el varón
y que ella es culpable (desde Eva) por naturaleza.
·
Dobles
mensajes afectivos: En este tipo de maniobras el varón emite
mensajes de afecto con un fin manipulativo oculto y que dejan a la mujer sin
posibilidad de reacción: si los acepta, es manipulada, si no los acepta
esculpabilizada por no ser afectuosa.
·
Enfurruñamiento:
Acusación culposa no verbal frente a acciones que no le gustan al varón, pero a
las cuales no se puede oponer con argumentos "racionales".
Autoindulgencia
y auto justificación
·
Hacerse el tonto
·
Impericias y olvidos selectivos
·
Comparaciones ventajosas
·
Seudoimplicación doméstica
·
Minusvaloración de los propios errores
MICROMACHISMOS
DE CRISIS
Aumento del poder
personal de la mujer acompañada de los reclamos por parte de la mujer, el
hipercontrol sobre las actividades, tiempos y espacios de la mujer.
Se encarga de hacer
callar los reclamos de la mujer, respecto a las actitudes dominantes del varón.
El varón se
declara víctima inocente de los cambios y "locuras" de la
mujer .obliga a la mujer a someterse a los tiempos y deseos del varón.
EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS
En
las mujeres los mM suelen provocar:
·
Un agotamiento de sus reservas emocionales y
de la energía para sí, con una actitud defensiva o de queja ineficaz por el
sentimiento de derrota e impotencia que producen, un deterioro muchas veces
enorme de su autoestima, con aumento de la desmoralización, aumento de la
inseguridad y disminución de la capacidad de pensar (los estudios epidemiológicos
muestran que las mujeres en pareja disminuyen su salud mental y calidad de
vida, al contrario de los varones, quienes las aumentan).
· Una disminución de su poder personal y
parálisis del desarrollo personal,un malestar difuso, una irritabilidad crónica
y un hartazgo de la relación, de los cuales se culpan por no percibir que su
producción es por presión externa, y que son frecuentes motivos de consulta a
los dispositivos de salud mental.
·
En estos dispositivos, frecuentemente y al
igual que él varón de la pareja, suele atribuirse dichos malestares a la
exageración de ciertas "características femeninas (dramatismo,
inconformismo, etc.)
En los varones los efectos
de su ejecución de los mM suelen ser:
·
Un aumento o conservación de su posición
superior y de dominio, con desinterés creciente
·
de las necesidades y derechos de la mujer.
· Una afirmación de su identidad masculina,
sustentada en las creencias de superioridad sobre la mujer y la autonomía auto
afirmativa con negación de la vincularidad.
Vocabulario
Psicoterapeutas: Es un profesional de
la salud , principalmente psicólogo o médico
, que después de obtener la titulación universitaria, ha llevado a término una
formación específica en el área de la psicoterapeuta , en una institución
reconocida, con programas de formación que reúnan todas las características
necesarias para que los candidatos a psicoterapeutas adquieran una formación
completa que permita una competencia profesional teórico-práctica, pudiendo
abordar así diferentes problemáticas con antecedentes y repercusiones
personales.
Machismo: La
actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un
conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra
el género femenino.
Tipo de violencia que discrimina a la mujer o, incluso, a los hombres
homosexuales. También puede hablarse de machismo contra los denominados
metrosexuales o todo aquel hombre cuya conducta exhibe alguna característica
que suele estar asociada a la feminidad.
Victimismo: Es la
tendencia de una persona a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal.
Intimidación:
Es
el acto de hacer que los otros hagan lo que uno quiere a través del miedo. La
intimidación es una conducta consecuencia de la competitividad normal de instar
al dominio interrelacional generalmente visto en animales, pero que en los humanos
es modulado por la interacción social.
Poder: Categoría
taxonómica que se ubica entre la familia y la especie; así, un género es un
grupo de organismos que a su vez puede dividirse en varias especies (existen
algunos géneros que son mono específicos, es decir, contienen una sola
especie).
Violencia:
Es
el tipo de interacción humana que se manifiesta en aquellas conductas o
situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada, provocan o amenazan
con hacer un daño o sometimiento grave (físico, sexual o psicológico) a un
individuo o una colectividad; o los afectan de tal manera que limitan sus
potencialidades presentes o las futuras
Impericias:
Falta
de pericia o de experiencia.
Pro feminismo: Aquellos
hombres que apoyamos activamente el feminismo y los esfuerzos por hacer realidad
la justicia de género y la igualdad.
MEDIATIZACION: Influencia
que algo o alguien ejerce sobre una persona o grupo de personas condicionando
su libertad de acción.
COMENTARIO
En este artículo referido
al micro machismo me parece muy impresionante se evidencia
constantemente en la vida cotidiana, en nuestro entorno machista
que sigue perseverando hasta el día de hoy interiorizando a las
mujeres y superiorizando a los varones autoritarios e independientes.
Algunas personas
todavía piensan que las mujeres son más débiles que los hombres, que su papel
en la sociedad es simplemente ser madres y dedicarse a las actividades
domésticas, mientras el papel de los hombres, "que son más fuertes",
debe ser el de trabajar y llevar el dinero a casa para mantener la familia. En
la sociedad actual cada vez es más frecuente ver a las mujeres trabajando a la
par con los hombres y a los hombres compartiendo las labores domésticas con las
mujeres, sin embargo, todavía se escuchan voces que culpan a las mujeres por
haber salido del hogar, pues según dicen, ahora ellas han descuidado la
educación de sus hijos y esa es la causa de la crisis de valores que actualmente
se vive en la sociedad.
Toda
esto se trata de machismo ha generado: el feminismo, que es un movimiento de
rechazo a estos estereotipos impuestos por la sociedad patriarcal. El
movimiento feminista busca acabar con la discriminación hacia las mujeres y la
igualdad entre los géneros.
Después
de todo, cuando se maltrata a una mujer, se está maltratando a toda la
humanidad.
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